Hoy, 23 de abril, se conmemora el Día Internacional del Libro. La fecha no se eligió al azar, sino que se buscó un simbolismo que reuniese amplio consenso: es el día en que, en 1616, fallecieron dos grandes y universales de la literatura mundial: Miguel de Cervantes (aunque parece que realmente murió el día 22) y William Shakespeare. Además, otros grandes escritores nacieron o fallecieron también el 23 de abril de diversos años. Por ello, en 1995 se eligió esta fecha a nivel mundial, sin embargo, en España ya celebrábamos en esta misma fecha desde el año 1926. 

Chica leyendo

Supongo que si pudiésemos preguntar a cada lector qué le gusta de la lectura, obtendríamos infinidad de respuestas distintas. Si tuviese que describirlo en una sola palabra, diría que la lectura es oportunidad.

Leer te permite transitar por aquello que te es ajeno: permite viajar a lugares que tal vez nunca vayas a pisar; a momentos de la historia que no te tocó vivir; te acerca realidades desconocidas y culturas lejanas; te pone en la piel de personas que nunca serás, te sitúa ante dilemas que no te tocaban; te acerca amores y odios universales.

Leer en otro idioma te enseña el contexto de las palabras, el matiz de cada idioma. La lectura amplía nuestro vocabulario, disminuye el estrés a la vez que refuerza nuestra capacidad atencional; la lectura hace compañía (si tienes un libro, nunca más estarás solo), etc. Y lo mejor de todo es que ¡es gratis! (los libros se pueden adquirir bajo préstamo en bibliotecas).

Y los libros no son solo novelas, son también relatos cortos, cuentos, literatura histórica, cómic, etc. Reivindico la literatura en todas sus formas, no solo la novela, porque creo que debemos promocionar la lectura sea cual sea su formato, para así ayudar a los más pequeños a descubrir sus bondades. Si un niño no lee novelas, pero lee cómics, ya ha descubierto la magia de la lectura y en algún momento encontrará una novela escrita para él y se aficionará también.

Un par de consejos para fomentar la lectura en los niños:

  • No hay nada como el ejemplo, como decía aquella campaña “si tú lees, ellos también leen”. Que nos vean leer, que haya libros en casa, que vayamos justos a librerías, es un estímulo sin igual.
  • Hazle su propia biblioteca: deja que tenga los libros a la vista y a mano desde muy pequeño (en su habitación, en una parte de la estantería del salón, etc.), que se familiarice con ellos, que aprenda a pasar las páginas, que vea las ilustraciones de los cuentos. Enséñale a que los trate con cuidado, y pierde (tú) el miedo a que los rompa. Es mejor tener un libro con una página rota por haberlo abierto mucho que tenerlo en la estantería sin haberlo abierto nunca.

Niña leyendo

  • Implícale en la adquisición de libros: llévale a la biblioteca o a la librería, dale opciones, déjale que los ojee, que se deje llevar por el instinto (que puede ser la ilustración de la portada, el nombre del protagonista, el tacto, etc.). Si lo elige él, estará más motivado.
  • Aunque es difícil, trata de no forzarle a leer. Si bien es cierto que hay ciertas lecturas obligatorias, lo ideal sería que no le obligues a leer. Si se cansa, déjale descansar y seguid más tarde. Trata de motivarle, que elija él el momento dónde más le apetezca. La lectura no debería ser obligatoria para no crear un rechazo por parte del niño, aunque no siempre es fácil.
  • Si no le gusta leer, o aún es demasiado pequeño para saber si le gusta o no, trata de estimularle:
      • Desde muy pequeño, cuéntale cuentos inventados, y léele otros. Que, sentado sobre tus piernas, o a tu lado, vaya viendo las ilustraciones.
      • Leed juntos y comentad sobre la historia, los personajes, qué le ha gustado más, qué cambiaría de la historia, etc.
      • Leed a dos voces, es divertido y les suele gustar.
      • Para ello, leer teatro es muy apropiado: podéis distribuir los personajes, jugar a poner voces, entonar, etc.
      • Teatralizad/ interpretad la lectura: que lea el cuento o el capítulo del libro que le toca hoy y luego haga de director de escena y te enseñe a representar lo que ha leído.
      • Dibujad la lectura.
      • Inventad nuevos finales.
      • Inventad otras historias para personajes secundarios.

Si te gusta leer, seguramente esto te resultará más sencillo. Si no te gusta leer, te animo a que lo intentes de nuevo. Tal vez aún no hayas dado con el libro que te enganche. Trata de buscar lecturas acordes a tus intereses:  relatos cortos, la biografía de algún deportista que te gusta, cómics (los clásicos de la infancia o cómics para adultos), etc.

Busca un lugar donde te sientas cómodo, con una iluminación agradable, y dale una oportunidad a ese libro que lleva tiempo esperándote.

¡Feliz día del libro!